Las quintas nominaciones ya empezaban a hacerse pesadas, y los concursantes intentaban inventar artimañas para no salir a la palestra. Pero de nada les sirvió porque, de nuevo, el programa le dio la vuelta a las intenciones de los habitantes de la casa con las "nominaciones ochenteras" con sorpresa.
Resultado: Gran Hermano siempre nos sorprende y con esta gala lo consiguió más que nunca.
La entrada de Eva también ayudó mucho al ritmo y al suspense de la gala. Todos intuíamos que la "pareja de uno de los concursantes" que iba a entrar en la casa sería Eva, la nova de Danny, concursante que estaba acercándose peligrosamente a Susana. Con la entrada de la andaluza, el espectáculo estaba asegurado. Aunque poco duraría el espectáculo, ya que como anunciaba el gato encerrado el día siguiente a la gala Eva fue descubierta al poco de entrar en la casa.
El último ingrediente que hizo de ésta una gala inolvidable fue la inesperada y triste expulsión de Edoardo, que hizo de mueble durante su primera semana pero se espabiló rápidamente en la segunda. Por desgracia, la primera impresión ante la audiencia le ha pasado factura. Eso sí, no sabemos si el fisioterapeuta italiano volverá a la casa tras el deseo que Iván formuló al Gran H. Esperamos que esto no rompa la esencia de nuestro programa preferido.
PS
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