domingo, 3 de marzo de 2013

Crónica de una expulsión anunciada

El problema de Gran Hermano está en el sistema de votación, y la expulsión de Lorena lo demuestra. Ya rogaba el Gato encerrado el día de la nominación de la concursante "Lorena no debe marcharse". Y es que con este sistema de votaciones, se castiga a las personas que más destacan - ya sea para bien o para mal - y se premia a aquellos que pasan desapercibidos. Por desgracia, me aventuro a pronosticar que esta afirmación se va a ver reforzada en la gala de mañana cuando Edoardo, que ha sido como un mueble más de la casa, sea "salvado" por la audiencia.

Muchas publicaciones de esta semana han coincidido conmigo: "era una marcha anunciada"; e incluso algunas han titulado muy parecido a mi post de hoy: "Lorena, crónica de una muerte anunciada". Bien, prefiero hablar de expulsión anunciada ya que no pretendo ser catastrófica. Y es una expulsión anunciada por lo que acabo de comentar, el sistema de votaciones. Si los espectadores votaran para SALVAR a los concursantes, permanecerían en la casa aquellos concursantes que dan más juego, los que crean ambiente, los que aportan "vidilla". Por lo contrario, con el sistema de votaciones actual, con el que la gente llama para ECHAR, Gran Hermano está perdiendo, desde el inicio, a los concursantes con más jugo.

Y una de esas concursantes con jugo era Lorena. Una concursante especial, que podría haber dado mucho de sí en la casa, pero que no supo jugar. Y digo que no supo jugar porque partía con ventaja. Partía con la ventaja de su aspecto físico. Quizás esto puede parecer superficial, pero "gracias" a las bromas recitadas una tras otra por sus compañeros, como es el caso de este vídeo, Lorena podría haberse hecho con el papel de "víctima" de esta edición.


Todos sabemos que el papel de víctima es uno de los más deseados por los concursantes de la Sierra. Todos los compañeros te nominan y semana tras semana sales a la palestra, pero la audiencia te salva porque piensa que no están siendo justos contigo. Si a esto le sumamos el divertido carácter de Lorena y su habilidad para crear movimiento en la casa, podríamos haber tenido una concursante muy fuerte y una posible aspirante a ganadora.

Pero Lorena, como ya he dicho, no ha sabido jugar. Su obsesión por las nominaciones ha hecho que la audiencia se diera cuenta de que estaba jugando. Todos sabemos que los concursantes de Gran Hermano juegan pero, por algún extraño motivo, la audiencia premia a aquellos concursantes que parecen "olvidarse" del concurso: de las cámaras, las nominaciones, de que están en la televisión. Por esta obsesión, la expulsión de Lorena era algo anunciado, algo que todos los seguidores del programa sabíamos y temíamos. Algo que, una vez más, se repite en mi tan querido concurso.

PS

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